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Historial del Ambientados

miércoles, 3 de diciembre de 2008

No es hambre física, es emocional
Comer compulsivamente es una enfermedad causada por la incapacidad de algunas personas de canalizar sus emociones. Casi el 4 por ciento de la población mundial la padece.

Quienes padecen esta enfermedad, catalogada como desorden alimenticio e incluida en el Manual Estadístico y Diagnóstico de Enfermedades Mentales, “sufren la sensación de ser controlados por la comida”[1] y la utilizan como mecanismo para aliviar tensiones, estrés, dolor, ansiedad, o emociones en general.

Un comedor compulsivo sufre también de sobrepeso, pero su figura no es en un principio su preocupación; come mayor cantidad de alimento y en menos tiempo; sube y baja de peso continuamente; siente la necesidad de comer aunque hace poco lo haya hecho; usa la comida como recompensa o consuelo; y “desvían la función de sostenimiento que cumple la comida, por la necesidad de ingerir alimentos para poder enfrentarse a la vida”, cuenta Mariana* comedora compulsiva.

El perfil sicológico de un adicto de este tipo, según lo la ha establecido la Organización de Comedores Compulsivos Anónimos, corresponde a una persona que no es capaz de identificar cuál sentimiento lo está afectando, lo que lo lleva a experimentar una sensación falsa de hambre.

A partir de esta sensación de malestar y vergüenza, tanto física como sicológica, la ingestión compulsiva de alimentos desemboca en problemas sociales. Otro hecho relacionado con la soledad a la que se somete el comedor compulsivo, es que los excesos se presentan en privado, es decir, que se esconden para comer.

Para un adicto a la comida los alimentos compulsivos, o sea los que provocan los atracones, actúan como la droga para el drogadicto o el alcohol para el alcohólico. Sin embargo, existe el agravante de que nadie puede prescindir totalmente de la comida.

Una de las causas comunes de esta enfermedad se refiere a familias que presentan actitudes como: impedir el crecimiento individual de sus miembros en las primeras etapas de desarrollo, preocuparse desmedidamente por la apariencia física, premiar o demostrar afecto por medio de alimentos o compartir solo en horas de comida, como lo afirma el sicólogo Christian Feuchtmann. [2]

Pese a que las cifras de comedores compulsivos brillan por su ausencia, una de las pocas informaciones revela que casi el 4 por ciento de la población mundial sufre esta enfermedad[3]. Teniendo en cuenta que la comida es imprescindible para vivir, es posible que haya comedores compulsivos y aún no lo sepan.

*Imagen tomada de http://www.laopinion.com/media_archive/20060202/020306_vid-01.jpg Acceso el 19 de noviembre de 2008.

*La Organización de Comedores Compulsivos tiene dentro de sus principios el anonimato. El nombre fue cambiado por petición de la fuente.

[1]Disponible en: www.adelgace.cl/htm/temas/compulsivo.htm Acceso el 1 de noviembre de 2008.

[2]Disponible en: http://www.saludymedicinas.com.mx/nota.asp?.id=805 Acceso el 1 de noviembre de 2008. La información no es tomada literal es una fuente de consulta.

[3] Mariana Suárez Rueda. “No puedo parar de comer”, El Espectador, Jueves 16 de octubre de 2008. 13-14.

* Para mayor información Comedores Compulsivos Anónimos cuenta con la página en Internet http://www.ccacolombia.com/ allí puede encontrar el test de comedor compulsivo, los doce pasos del programa de recuperación e información de contactos para ingresar a los grupos.

1 comentario:

Dylan Forrester dijo...

Hola!
Gracias por el post. Ahora sé bien que debo moderarme, comer sanito y como gente :)
Esta bacano tu blog.

Saludos...