¿Cómo vamos con la pólvora?

Historial del Ambientados

miércoles, 20 de agosto de 2008

Pedir a gritos silencio…

Aunque el ambiente de Medellín es altamente contaminado por gases y basuras, el ruido constituye otra de las dificultades ambientales más graves de la ciudad. En la Universidad de Antioquia se contribuye y, al mismo tiempo, se padece esta problemática.

Desde el 20006 el Ministerio de ambiente, vivienda y desarrollo territorial reglamentó en Colombia la norma nacional de emisión de ruido. En ella se estableció que el parámetro máximo para el día y la noche fuera de 75 decibeles, y la norma aplica para fuentes de ruido como los espectáculos públicos.

El pasado miércoles 13 de agosto, con motivo de la edición 10 de los Premios Emisión, la Facultad de Comunicaciones llevó a cabo los Juegos Múltiples Emisión 2008. A raíz de la actividad, hubo música, risas, y gritos de quienes participaban. Pero, sumado a esto, pitos, trompetas, panderetas, cucharas y ollas ambientaron el concurso que tuvo como sitio de encuentro el primer piso del bloque 12.

Por una hora, aproximadamente, las barras y los concursantes –cerca de 160 personas distribuidas en 16 grupos– animaron a su equipo. Sin embargo, no todos los que se encontraban en el bloque 12 estaban concursando. Allí el personal administrativo de los pregrados de Comunicaciones, Comunicación Audiovisual y Multimedial, Filología y Periodismo realizaba sus actividades normalmente.

Además, los pregrados de Bibliotecología y Filosofía, ubicados en el tercer y cuarto piso del bloque, no hacían parte de la actividad. De acuerdo con la secretaria de Filosofía, Maritza Montenegro, “fue incómodo porque estudiantes y profesores vieron afectadas sus clases y tuvieron que terminarlas antes de lo previsto”. Asimismo, el profesor de periodismo, Carlos Agudelo, comentó que “no hubo una cultura del ruido y esto perjudicó el ambiente académico y laboral de la jornada” y agregó que “la actividad fue mal organizada, pues no tuvieron consideración ni con los profesores, ni con los vecinos de otras facultades”.

Aunque para la secretaria de Bibliotecología, Elizabeth Ruiz, la actividad no causó molestias a su jornada laboral porque “no duró mucho tiempo”, el ruido genera, además de disminución de la productividad laboral, dificultades de observación, concentración y rendimiento, estrés, dolores de cabeza y tendencia a actitudes agresivas, entre otras consecuencias.

Igualmente, el ruido causa efectos negativos en las personas, teniendo en cuenta que “la pérdida de audición puede clasificarse no sólo por ser de transmisión, sensorial o neurológica, sino también atendiendo a la causa que la origina, dentro de ellas la debida exposición a ambientes laborales ruidosos”.

Sin embargo, la actividad mencionada es solo uno de los ejemplos de ruido en la Universidad. Heiner Castañeda, profesor de periodismo, afirma que “aunque la actividad provocó dificultades, en general el ambiente de la Universidad es ruidoso”.

Otro ejemplo de contaminación acústica dentro del campus universitario lo constituyen las reformas a la arquitectura de la Universidad, que se adelantan desde el segundo semestre el año pasado. De acuerdo con María Mercedes Morales, secretaria del periódico Alma Mater, “la dificultad para trabajar con ese ruido es enorme porque el rendimiento laboral se desminuye casi a la mitad”.

Estos son solo dos de los ejemplos que demuestran que, de alguna manera, la Universidad de Antioquia contribuye con el ruido a la contaminación ambiental de Medellín. De ahí que se piense en qué soluciones eficaces debe plantearse, la administración y la comunidad universitaria para aportar en la solución del problema, diferentes a entregar tapones para los oídos a quienes deben convivir con la contaminación acústica.
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